La Policía de Puerto Rico se encuentra en un momento críticamente delicado ante la falta de personal, recursos, apoyo de la comunidad, del gobierno y la misma estructura policial. Recuerdo que, en los años 90, había filas para ingresar al cuerpo de ley y orden. En los últimos años literalmente hemos tenido que implorar el reclutamiento ante la baja dramática de oficiales activos en la fuerza.
¿Cómo llegamos a este punto? Puedo decir que entre las políticas restrictivas de mano dura contra el crimen, las situaciones relacionadas a la corrupción policial y violación de derechos civiles, la intrusión de la política como medio de ascenso o posicionamiento laceró significativamente las pautas y mecanismos establecidos para el fortalecimiento del cuerpo policial como profesionales comprometidos a velar por la seguridad.
Además de estas situaciones que están escritas en las páginas de la Historia Policía de Puerto Rico debemos añadir que desde el 2008 el cuerpo se encuentra bajo una “reforma”,“ sindicación”; como usted le quiera llamar al organismo para “reformarlo”, “mejorarlo”, como quiera decirle sus funciones diarias en el cumplimiento de la ley. Este proceso ha sido bien lento, difícil, burocrático que ha repercutido en los agentes que día a día están en las calles ejerciendo sus funciones. ¿Qué funciones? Se pueden preguntar…hay temor de ejercer funciones, se ha perdido el respeto por la profesión, por parte de todo el mundo: comunidad, gobierno, la agencia.
Ahora, ante el ascenso del juez Gustavo Gelpí a cargo del cumplimiento de la reforma y la reasignación al Juez Francisco Besosa, queremos observar un avance significativo a la ejecución de la reforma, más allá de todos los procesos americo-burocráticos establecidos que en ocasiones para bien o mal impide realizar la función esencial de velar por la seguridad en las calles.
No podemos continuar arrastrando los pies con la reforma. Son más de 10 años; y no se ha observado cambios reveladores más allá de la implementación de procedimientos y procesos muy bonitos en papel. El cuerpo de la policía esta compuesto de hombres, mujeres, familias que tienen la vocación de ayudar al prójimo a crear un balance de seguridad en la comunidad; pero necesitamos mucho mas que los procesos… ¿Cómo volver a crear un cuerpo policial de respeto, honor y orgullo, minimizando los asuntos relacionados a la violación de derechos y corrupción? Es urgente mejorar las condiciones laborales de estas personas que son humanos al igual que nosotros y le gusta ayudar al prójimo estableciendo un balance entre la ley y orden y la calidad de vida que aspiramos.
Devolvamos el orgullo a estos hombres y mujeres de vocación con la seguridad y el orden. La reeducación de la sociedad civil sobre este cuerpo policial; sí, volver a educar sobre la vocación de servir y ayudar al prójimo sin tener miedo a ser sancionados u observados digitalmente.
El continuar desarrollando alternativas sostenibles depende de un balance entre la salud y la seguridad pública alineada a nuestra necesidad especificas de país. Se escucha bonito en palabras, ¿verdad? Entiendo que no es imposible, lo que falta es voluntad y para eso estoy aquí, para ayudar y contribuir.
Éxito siempre a los policías y todos los profesionales de ley y orden que salen de sus casas a servir y ayudar el prójimo. Estoy aquí cuando entiendan que puedo contribuirles y asistirles a alcanzar el balance entre la comunidad y la policía.
Comments